Siempre estoy sola (The Pumpkin Eater, 1964)
Si se acuerdan cuando
iniciamos esta sección “dos por uno”, una de las condiciones que establecíamos,
además de comentar dos películas del mismo director, a ser posible no demasiado
conocidas, era que las cintas tuvieran elementos en común y que fueran más o
menos consecutivas, como si estuvieran incluidas en un programa doble. Pues
bien, hoy nos saltamos esta limitación, ya que entre los dos largometrajes
seleccionados hay bastante tiempo, y lo hacemos por un doble motivo: porque el
autor, Jack Clayton, fue un cineasta que se prodigó más en la producción que en
la dirección (solo siete películas en toda su carrera), y porque el tema de fondo
de ambos filmes es el mismo: la soledad.
Así, Siempre estoy
sola, es una película basada en la novela “The Pumpkin Eater”, de Penélope
Mortimer, que narra los problemas matrimoniales entre Jo (Anne Bancroft) y Jake
(Peter Finch), causados por la obsesión de Jo por tener más descendencia, por
la negativa de él, que antepone su trabajo y, finalmente, por las infidelidades
de Jake.
El largometraje no se limita a
mostrarnos el conflicto de la pareja, sino que ahonda en los sentimientos y las
contradicciones del personaje interpretado por la gran actriz Anne Bancroft, en
uno de sus mejores papeles para la gran pantalla (fue nominada al Óscar y se
llevó el Globo de Oro, entre otros galardones). El título en español es
bastante significativo de los temores a los que se enfrenta Jo, que ve cómo se
precipita hacia su tercer matrimonio fracasado, y hacia la locura.
El realismo del filme justifica
su inclusión dentro del movimiento free cinema, en el que muchos
críticos han encuadrado a Jack Clayton, seguramente debido más a su primera
película, Un lugar en la cumbre (Room at the Top, 1958), que
al resto.
La cinta destaca sobre
todo por el buen trío de actores, los dos comentados en la sinopsis y el tercero
en discordia, James Mason, que actúa como desencadenante de la crisis al ser el
marido de la amante de Jake. A pesar de los pocos minutos que Clayton le
concede a Mason, su interpretación se encuentra a la altura de siempre, e
incluso robando las escenas en las que sale, tanto a Anne Bancroft como a Peter
Finch.
Con más de veinte años
entre una y otra película, Jack Clayton vuelve al mismo tema con igual
maestría, aunque ahora desde el punto de vista de una mujer en la tercera edad
casi resignada a no compartir su vida con otra persona. Se trata del proyecto
que a la postre será el canto de cisne del realizador británico, su última cinta
para la gran pantalla.
La solitaria pasión
de Judith Hearne se basa en la célebre novela “Judith Hearne” del escritor
irlandés Brian Moore. Ambientada en el Dublín de los años cincuenta, narra el
fallido romance de una solterona, la mujer del título, que ansía contraer
matrimonio con el hermano de su casera. Una relación que nace viciada, pues el
hombre, algo más joven que Judith, solo busca el dinero de ella para crear un
negocio. De nuevo el fantasma de la soledad ronda por la mente de Judith, que
aplaca sus temores con el alcohol.
Jack Clayton no fue el primero
que intentó llevar la novela al cine, varias producciones anteriores, más
cercanas en el tiempo al libro, finalmente no cuajaron. Así, John Huston, Irvin
Keshner y otros directores quisieron adaptar la obra, pero tuvieron que
desistir debido, sobre todo, a problemas en la financiación. Cuando el
realizador británico por fin se hizo con el proyecto, ya habían pasado más de
tres décadas desde que la novela fue escrita.
No obstante, Clayton logró
––al final de su carrera–– una de sus mejores películas, y otra vez gracias a
la brillante interpretación de los dos personajes principales: Maggie Smith (el
centro de la trama, gran actriz que ya tuvo un papel secundario en Siempre estoy sola) y Bob Hoskins, también genial. Una cinta que se podría
catalogar de claustrofóbica por el ambiente de la pensión, contaminado por la
peor condición del ser humano, donde inquilinos y dueños son a cada cual más
repulsivos.
Entorno insano, pues, para
un drama realista, con un realizador experimentado al frente de un duelo de actores
en su mejor etapa, la madura.
Un plantel de magníficos actores en ambas producciones.
ResponderEliminarClayton hizo pocas películas, pero sabía rodearse de buenos actores. Además de las que comento en el post no se pueden olvidar "Suspense" con Deborah Kerr, "A las nueve cada noche" con Dirk Bogarde o "El gran Gastby" con Robert Reford y Mia Farrow.
EliminarHola Ethan!
ResponderEliminarNo he visto ninguna de las dos, me las apunto. Ciertas novelas son complicadas a la hora de llevarlas a la pantalla, hay atmosferas imposibles de traducir en imagenes.
Buenas e interesantes estas recomendaciones de tu programa doble.
Saludos!
Totalmente cierto. No veas por ejemplo lo que tuvieron que sufrir para llevar por fin a la pantalla John Huston con su "Moby Dick" , o Richard Brooks con "Lord Jim", dos novelas densas donde las haya, casi imposibles de adaptar.
EliminarNo he visto ninguna de las dos. Así que apuntadas...porque parecen interesantes (ahora, lo de cuándo las pueda ver es otra historia).
ResponderEliminarSaludos!
Siempre hay hueco para las buenas películas. Pero hay tantas...
EliminarSaludos!!
Hola.
ResponderEliminarMuchas gracias por las reseñas, tomo muy buena nota. Me encanta Maggie Smith y claro, eso es un plus.
Muy feliz martes.
Maggie Smith es una actriz excelente, que curiosamente se agranda con la edad. No hay más que ver estas dos películas y la evolución de este monstruo de la interpretación.
EliminarHola Ethan...¿No tienes algo más optimista por ahí? Es que si estoy melancólico y veo algo como esto....¡Ni hablar!
ResponderEliminarNo cabe duda de que son dramas, pero es que la vida es así de dura, y para algunas personas la soledad es un cáncer. En cualquier caso, siempre hay opciones más alegres: el mundo del cine es infinito.
EliminarNo las he visto pero el reparto es suficiente atractivo como para suscitar el interés, Anne Brancroft y Maggie Smith...¡maravillosas, imagino que lo bordan !!. Pero me temo que puede ser ese cine de calidad pero depresivo y hay que tener el día para apreciarlo en su justa medida. Ya sabes que eso es muy subjetivo. No sé si puede recordar al excelente film de Delbert Mann "Mesas Separadas"...personajes solitarios en busca de afecto, en un entorno cerrado y opresivo.
ResponderEliminarSiempre apunto tus recomendaciones, luego o dificil es encontrar el momento.
Un abrazo
Digamos que la segunda película es de ese estilo, del de "Mesas separadas", pero con mayor grado de perversión en algunos personajes secundarios (el hijo de la casera), que sitúa a la película en un punto más original y menos teatral que la muy buena cinta de Mann.
EliminarAbrazos!