Mostrando entradas con la etiqueta Mina Mohammad Khani. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Mina Mohammad Khani. Mostrar todas las entradas

martes, 11 de enero de 2011

EL GLOBO BLANCO (Badkonake Sefid de Jafar Panahi, 1995)

Tras la vuelta de las vacaciones no queremos dejar de mencionar la injusticia que vive desde hace un año uno de nuestros directores favoritos. Hace unos meses dábamos aquí la triste noticia del encarcelamiento de Jafar Panahi. Nos apena tener que ampliar la información con la sentencia que se dictó contra él, justo antes de irnos de vacaciones: seis años de cárcel (ojo, en una prisión iraní, que hay prisiones y prisiones) y la prohibición de ¡veinte años sin hacer una película ni salir al extranjero!

Nosotros seguimos sin poder hacer nada contra esta barbaridad. Nos queda el mínimo recurso de continuar hablando de su cine. Esta vez acudimos a su ópera prima, la excelente El Globo Blanco. Una cinta muy premiada (en Cannes, por ejemplo) que se basa en un guión suyo y de su maestro el gran Abbas Kiarostami.



Anterior a la otra maravilla que es El Espejo, la película guarda muchos puntos en común con ella. Entre otros la sencilla trama de itinerario y la protagonista: Razieh es una niña cuyo máximo deseo es comprar un pez de colores para celebrar el año nuevo. Después de mucho insistir consigue que su madre le de dinero para adquirirlo. De camino hacia la tienda el billete se cae a una alcantarilla y Razieh ve como todo su mundo se desmorona: ni puede conseguir el pez ni puede llevar el dinero de vuelta a su casa (la madre le dio un billete de 500, cuando el pez solo costaba 100).

Panahi rueda en tiempo real (una voz en off va contando los minutos que faltan para el año nuevo) y hace desfilar varios personajes, como es habitual en su cine, que intentarán ayudar a la niña. Una anciana, un sastre, un soldado y un vendedor ambulante de globos. También acudirá en su auxilio su hermano mayor Alí. El realizador utiliza el realismo y el suspense cuando presenta los distintos caracteres sin anunciar las verdaderas intenciones de cada uno. El espectador asiste inquieto al drama temiendo que se aprovechen de la pequeña, como parece que sucede en el primer encuentro de Razieh con unos domadores de serpientes.


Los diálogos de la niña (sorprendente la pequeña actriz Aida, hermana mayor de Mina, a la sazón protagonista de la tan citada El Espejo, con la que guarda un parecido asombroso) y sus enormes ojos presiden la cinta que se vuelve cada vez más inquietante. Solo la sonrisa esporádica de Aida proporciona algún momento de relax y se convierte en una especie de premio para el espectador por aguantar tanta tensión.

De las distintas secuencias destaca el encuentro con el soldado. Una escena con introducción (el recelo de la niña que no quiere hablar con un extraño), desarrollo (la historia del militar que ella escucha atentamente) y conclusión (la emotiva despedida). Quizás una metáfora que se convierte en un deseo: el de que una nueva generación de mujeres sea mejor tratada por el gobierno opresor.

Estas sutilezas de Panahi son las causantes de su encarcelamiento. Sin embargo, el filme no puede ser más inocente. A menos que consideremos la primera escena como una denuncia (un plano secuencia muy bien rodado donde el realizador fotografía un jeep del ejército que se acerca a una multitud y luego, sin cortar el plano, sigue con la cámara en panorámica hasta pararse en el rostro de una mujer preocupada); y el deseo de la niña por conseguir su pez de colores, como una representación de la legítima aspiración de libertad por el pueblo iraní. Libertad que ahora pedimos desde aquí, para uno de sus ciudadanos más ejemplares: Jafar Panahi.

Ver Ficha de El Globo Blanco.


jueves, 11 de marzo de 2010

¡ LIBERAR A PANAHI !: EL ESPEJO (Ayneh de Jafar Panahi, 1997)

Hay una ley no escrita –y triste- que dice que la calidad de las obras cinematográficas de un país es directamente proporcional a la pérdida de libertades, a la censura, a la crisis económica; o a todo ello junto. Hay multitud de ejemplos que confirman dicha teoría (el muy buen cine de Polanski, Wajda y compañía en la Polonia dominada por los soviéticos; las cintas de la generación de Zhang Yimou o Chen Kaige, en la China Comunista; nuestras tres “Bes” -Buñuel, Berlanga, Bardem- y muchos otros, en la España franquista, etc., etc., etc.). El ingenio de los directores para escapar de la censura y la temática disidente a favor de los derechos humanos y las libertades fundamentales son un caldo de cultivo ideal –repito: por desgracia- para que surjan excelentes películas y cineastas de talento. En Irán está sucediendo. Hace unos días hemos recibido una noticia muy desagradable que anuncia el encarcelamiento de Jafar Panahi, uno de los mejores realizadores de Oriente Medio. Queremos sumarnos a las voces que exigen su libertad y no se nos ocurre otra forma de hacerlo que hablar de su cine.



La trama de Ayneh no puede ser más simple: Mina es una niña que se pierde por el caótico Teherán cuando decide volver a su casa sola después de esperar, en vano, que su madre acuda a recogerla al colegio. En el camino, se encontrará con diversos personajes que tratan de ayudarla: un vendedor ambulante, un taxista, un policía y el conductor del autobús. En su viaje, a través del denso tráfico, la niña usa todos lo medios de locomoción posibles (motocicleta, coche o autobús), y conoce gente que se queja de los atascos, que celebra la victoria de su equipo de fútbol, que se siente sola, abandonada por sus hijos, o que reivindica una igualdad entre hombres y mujeres. La mirada atenta de Mina lo disecciona todo. Sus grandes ojos se sorprenden, ríen o se entristecen según la situación en la que se encuentra ella o los distintos personajes.

En un momento determinado, la cinta de Panahi se rompe en dos (no lo cuento, merece la pena verlo); a partir de ahí el director deshace ficción y realidad y la película gana enteros a toda velocidad. Y eso que pierde unos muy cuidados y estudiados encuadres (el travelling de la motocicleta es tan largo como espectacular) a favor de planos muy generales, debido al cambio brusco del punto de vista: de Mina (personaje) a Panahi (director). Pero el buen cineasta no se resigna a dicha separación y poco a poco vuelve a al origen de la historia sin que nos demos cuenta. Lo hace insertando en la trama algunos de los personajes del cuento imaginado y colocando a la protagonista (Mina, actriz) en la misma situación de partida, de tal forma que llega un momento en que no sabemos qué es lo real y qué lo imaginario. Es decir, mucho más allá del ya conocido cine dentro del cine.


Este interesante ensayo sobre el realismo se ve salpicado de las ideas por las que el régimen iraní persigue a Panahi. Con habilidad, el realizador utiliza a Mina para denunciar una discriminación por sexo que allí se ve ya como algo normal (la niña se salta “por descuido” más de una vez la prohibición de entrar en los autobuses por la zona de los hombres). De hecho todo el filme parece una gran metáfora donde Mina es el joven pueblo iraní, perdido entre la intolerancia de un régimen que consigue acallar su voz; como el intenso tráfico apaga con su ruido las voces de los personajes e impide que el espectador vea a la niña en distintas ocasiones. En este sentido, es firme la acusación de Panahi cuando provoca que se corte el audio de la cinta, una y otra vez, en clara referencia a la censura que sufren sus películas.

El Espejo, y el resto de la brillante filmografía de Panahi, son más que largometrajes, son verdaderos testimonios de lo que está pasando en Irán. Son pruebas de la falta de libertad que allí se respira. La misma que ahora, literalmente, sufre el propio director tras ser apresado. Yo me pregunto, por lo que atañe a nuestro País, ¿dónde están los compañeros de Panahi que no denuncian abiertamente esta injusticia? ¿A qué esperan a manifestarse los directores, actores de “la ceja” y demás colegas? ¿Por qué no actúa nuestra diplomacia exigiendo su liberación? Un Gobierno, como el nuestro, que presume de su lucha por la igualdad de las mujeres ¿cómo es que no protesta abiertamente contra la represión sufrida por uno de los hombres que más combate en ella?

Por qué no grita todo el mundo: ¡Liberar a Panahi!


Ver Ficha de El Espejo.


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...