Igual que "Feathers",
Colorado es el otro aspirante a ingresar en el grupo liderado por Chance. Es el
joven imberbe presente en muchas de las cintas de Hawks, si bien en esta
ocasión no tiene nada de inexperto. Colorado es un pistolero hecho y derecho no
sólo en el manejo de las armas, sino en sus razonamientos, más propios de una
persona adulta que de, prácticamente, un adolescente. Pese a su juventud, se le
supone cierto recorrido “profesional” cuando se presenta como guardaespaldas;
es un pistolero que se nos antoja cercano a Billy el Niño: Colorado trabaja
para un comerciante (Wheeler podría ser el trasunto de Tunstall, el ganadero
que adoptó a Billy) y su actitud cambia cuando su patrón muere asesinado.
Si
tuviéramos que emparejarlo con algún personaje anterior utilizado por Hawks,
nos decantaríamos más por el que da vida Montgomery Clift[1] en Río Rojo, cuando ya es adulto, que por el de Ray Montgomery en Air Force, el de Dewey Martin en Río de sangre o el de William Janney en La Escuadrilla del amanecer, por citar
unos pocos. Y es que entre Chance y Colorado ya no hay enseñanzas ni consejos.
El sheriff lo trata como a un igual. La secuencia del tiroteo en la calle es
bastante representativa de dicha relación: Colorado aprovecha el ruido causado
por Feathers para pasarle el rifle a Chance a la vez que dispara contra los
matones (4.32). Ambos luchan codo a codo contra los villanos en lo que será la
prueba definitiva para que el sheriff lo acepte como ayudante. La escena es
calcada a la del enfrentamiento nocturno en RíoRojo cuando Wayne coge el fusil al vuelo y Monty Clift se pone de su lado en
la pelea.
4.33 |
4.32 |
La elección de
Ricky Nelson para encarnar a Colorado tuvo un impacto comercial muy importante.
El actor era un cantante de country
muy seguido por el público en todo el mundo.[2] Hawks lo sabía y por eso
incluyó un par de canciones junto a Dean Martin. La primera de ellas, “My
Rifle, My Pony and Me”, fue todo un éxito de ventas; cantada a dúo por los dos
artistas, es el emblema de la película (4.33). Para muchos, el número musical
es, simplemente eso, un inserto comercial de cara a la taquilla. Nosotros creemos
que además tiene su importancia dramática. No olvidemos que Hawks, siempre que
podía, incluía en sus filmes alguna canción que representara el estado de ánimo
de los personajes. Si, por ejemplo, en La
Escuadrilla del amanecer se canta repetidamente “Stand to your Glasses!
(Hurrah for the Next Man to Die)”, como una forma de espantar el miedo, en Río Bravo, “My Rifle…” es un canto
nostálgico por la vida en la pradera, un deseo de volver al exterior para unos
hombres encerrados entre cuatro paredes. También se puede interpretar la
canción como una celebración por la reciente superación del alcoholismo por
parte de Dude.[3]
4.34 |
Precisamente,
otro momento en el que la música tiene un claro protagonismo es en la secuencia
en la que Dean Martin renuncia a beber (4.34). El ayudante del sheriff devuelve
el líquido del vaso a la botella mientras suena la canción del “Álamo”. La música
le da fuerzas por el significado que tiene el hecho de la épica resistencia de
los defensores del fuerte, y por la amenaza que supone el que la toquen los
sicarios de Burdette: de ninguna manera pude dejar en la estacada a sus amigos.
El sonido de dicha canción es el punto de giro crucial de la película.
Con Wayne,
Martin y Nelson, liderando el casting,
digamos dramático, el contrapunto cómico viene de la mano de Walter Brennan
(4.35). El veterano secundario da vida a Stumpy, un viejo gruñón de gatillo
fácil, habitual en las cintas de aventuras y westerns de Hawks. Stumpy, que es una variante del cocinero
desdentado de Río Rojo, también
recuerda a Eddie, de la tantas veces citada Tenery no tener. Un personaje, este último, que da la impresión de que en Río Bravo se haya desglosado en dos: en
Dude y en Stumpy. En el primero, por su adicción al alcohol; en el segundo, por
la edad y la necesidad de cariño y protección.
El director, que sentía verdadero aprecio por Brennan, también admiraba
su espontaneidad delante de las cámaras.[4] En Río Bravo el actor da muestras de su habilidad innata para
improvisar cuando en la conclusión de la cinta sorprende a Dean Martin con una
simpática imitación de John Wayne (4.36).[5]
4.36 |
4.35 |
Con Río Bravo, Hawks no sólo recuperó la
confianza del público, sino que consiguió una obra maestra incapaz de envejecer
por la paradoja de haber creado un western
que, siendo fiel a los principios del cine clásico, resulta hoy en día tan
moderno como en su fecha de estreno. Homenajeada en varias ocasiones por
cineastas de generaciones posteriores,[6] la cinta pronto adquirió
una entidad casi legendaria cuando Hawks decidió volver sobre ella en dos
ocasiones más.
[1] De
hecho, Hawks le ofreció el papel a Montgomery Clift, pero el actor lo rechazó
porque no quería volver a trabajar con John Wayne: las diferencias ideológicas
entre un joven progresista como Clift chocaban demasiado con las del ultra conservador Wayne.
[2] En
Japón, el nombre de Ricky Nelson figuraba al frente de los carteles que
anunciaban la película, por encima del de John Wayne.
[3] La
música de la película es de Dimitri Tiomkin, que adaptó “My Rifle, My Pony and
Me” de una canción suya, “Settle Down”, compuesta para los créditos de Río Rojo.
[4] Hawks
recordaba para la televisión que Brennan era uno de los mejores: “llegó y
empecé a reírme nada más verle”. En los ensayos de Río Rojo, el director le dijo que leyera algo, Brennan le preguntó:
¿Con o sin? Hawks no sabía a qué se refería hasta que el actor se lo aclaró:
“Con dientes o sin dientes” (Entrevistas TCM).
[5]
Dentro del capítulo de secundarios, destaca otro veterano como Ward Bond que,
prácticamente, se interpreta a sí mismo en calidad de mejor amigo de John
Wayne. Río Bravo puso fin al largo
recorrido que hicieron juntos, Wayne y Bond, después de 22 películas. También
fue el último trabajo de Bond en la gran pantalla si no tenemos en cuenta el
cameo que hizo en Alias Jesse James
(Norman Z. McLeod, 1959), un vehículo cómico para Bob Hope.
[6] Como
en Asalto a la comisaría del distrito 13
(Assault on Precinct 13 de John
Carpenter, 1976), donde el argumento es similar. Allí, Carpenter usó el nombre
del sheriff de Río Bravo, John T.
Chance, como seudónimo para ocultar su trabajo como montador.
Vaya, no sabía que era la última de Wayne y Bond juntos. No sé por qué, en mi cabeza la "última" es tu peli favorita. Igual es que esta la vi de crío (primero) y la de Centauros después y me da un poco igual la cronología real. Jaja
ResponderEliminarmmm... si nos atenemos a tu nota 1, creo que Bond y Brennan eran igual hasta más conservadores que Wayne.
Lo de "con o sin" sale también en el libro de McBride (a mí me suena de ahí; perdona si no me levanto a comprobarlo, que estoy que me voy a la cama).
Un saludo y buenas noches.
Bond hizo televisión después de Río Bravo (la serie "Caravana"), pero ya no volvió al cine.
ResponderEliminarMe imagino las conversaciones entre Clift y Wayne en Río Rojo... hasta se nota en la película lo mal que se llevaban jajaja.
Es posible que esa anécdota de Brennan aparezca en los libros sobre Hawks, se ve que el director la contaba mucho. En el documental al que hago referencia, se reía recordándola.
Saludos
Pero eso queda genial para la peli...Lo de que se llevaran mal. Vamos a pensar que eran estupendos actores y "entraron" en el papel (jaja)
ResponderEliminarUn abrazo.
Iba leyendo el artículo sobre Río Rojo y me he quedado con dos detalles menores. El título de la canción "My Rifle, My Pony and Me", que fue un éxito, y el actual debate sobre las armas. Y que Clift rechazara el papel para no trabajar con un ultra conservador como Wayne, ¡pero si la vida privada de este hombre fue de todo menos conservadora! En fin, estamos hechos de contradicciones.
ResponderEliminar¡Saludos!
Pues sí, desde luego ahora no sería politicamente correcto titular así una canción jajaja. De cualquier forma la canción es muy buena, no me canso de oírla.
EliminarSaludos.