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domingo, 30 de abril de 2023

EL AUTOREMAKE EN EL CINE. CAPÍTULO V (XIV)

Raoul Walsh organiza Tambores lejanos con pocas diferencias en la estructura con respecto a Objetivo: Birmania: un pequeño grupo liderado por un valiente jefe que se interna en territorio hostil, que cumple su misión, pero que no puede regresar como estaba previsto y tiene que volver caminando por una intrincada jungla, hostigado por los enemigos. No sólo el planteamiento general es igual, también existen similitudes en elementos más concretos: hay una invasión en marcha; Wyatt divide sus fuerzas; la mitad de la tropa es torturada y asesinada por los indios; al final se desarrolla una batalla nocturna en las trincheras, etc. 


Tan afines son ambas películas que Walsh no sólo repite secuencias sino que vuelve a planos como los del ataque a la aldea enemiga (la aproximación es semejante, también el lanzamiento del cuchillo al centinela y la impresión que les causa a los militares el descubrimiento de sus compañeros asesinados que, en este caso, han servido de alimento a los caimanes); o los del grupo que vadea el pantano, cada vez más hundido en el agua a medida que aumenta el peligro (5.37 y 5.38 en vez de 5.31 y 5.32).

En Distant Drums, Walsh también persiguió el mayor realismo posible. A diferencia de lo sucedido en el rodaje de la cinta bélica, aquí sí filmó los exteriores en el mismo lugar donde acontecieron los hechos: en los Everglades de Florida, en Silver Springs y en San Agustín, en el castillo de San Marcos, una fortaleza española del siglo diecisiete enclavada en los pantanos. No contento con la fauna que le proporcionaban las localizaciones, el director mandó traer serpientes desde California para acompañar a los caimanes de Florida en el acoso a los soldados. 

Aunque el verdadero peligro, tanto en la ficción como en la realidad, lo representaban los indios seminolas. Una tribu especialmente beligerante con el hombre blanco, que tiene el orgullo de ser la única que no ha llegado a firmar la paz con los estadounidenses.[1] Walsh los filma más exóticos de lo normal para sacar mayor rendimiento a la fotografía en color: como si fueran mayas o aztecas, sus pinturas de guerra y las ropas que visten en algunas escenas se hacen eco de la rica variedad cromática de la selva, mientras en otras contrastan con ella (5.39). 

Desde luego, son indios que se alejan del estereotipo del nativo medio desnudo, el que se suele identificar con el paisaje más tradicional del western desértico. Con ese peculiar enemigo, y con una primera parte que más bien parece “una de piratas” (la presencia del teniente de la Armada, la navegación por el lago, el asalto al fuerte colonial, los contrabandistas que protegen la fortaleza (5.40), etc.), Tambores lejanos es un western tan atípico como original; una película sin caballos, que se desarrolla en la selva y que trata un tema que ha sido llevado muy pocas veces al cine, el de las guerras con los seminolas.[2]  

Igual que en Objetivo: Birmania, la estrella de la película, Gary Cooper, también se quejó de lo duro del rodaje; si bien sus declaraciones no fueron siempre tan críticas como las de Errol Flynn. Mientras por un lado aseguraba que “había donado un galón de su mejor sangre a los mosquitos y sanguijuelas”, por otro, confesaba que había aprovechado los parones entre rodajes para buscar caracolas, para jugar al golf y relajarse en un lugar ideal para descansar lejos de la civilización (Meyers 2001, p. 238). Independientemente de las agotadoras —o no tanto— condiciones de la filmación, la relación entre Cooper y Walsh fue casi mejor que la que existió entre Flynn y el realizador, seis años atrás. De hecho, el director estaba encantado de poder contar con la colaboración del actor, con el que siempre había querido trabajar.[3]

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Leer el capítulo desde el inicio.


[1] Walsh presumió de ser el primero en rodar en esos parajes y de contar con verdaderos seminolas como extras, aunque según él, “no era el pueblo más fácil de domesticar e incluso me llegaron a amenazar de muerte” (Walsh citado en Moss 2011, p.312).

[2] Se nos ocurre el largometraje de Budd Boetticher, Traición en Fort King (Seminole, 1953) y pocos más.

[3] Se llevaban estupendamente, solían cazar y pescar juntos. Walsh llegó a decir: “nunca he conocido a un hombre más bueno que Gary Cooper, o lo que es lo mismo, a un amigo mejor” (Moss 2011, p. 311). 





lunes, 8 de febrero de 2016

EL AUTOREMAKE EN EL CINE: CAPÍTULO 4.2 (VII)

4.2.2. El Dorado (Howard Hawks, 1966).

Al finalizar Río Bravo, Hawks ya tenía claro que su siguiente proyecto sería la tan deseada aventura en África, de la que hemos hablado, y que se saldó con el éxito de Hatari! (1962). Otra cinta que describía la vida cotidiana de un grupo de amigos en peligro, esta vez por culpa del entorno salvaje, y de nuevo con la amistad y la profesionalidad como banderas. Tras Hatari!, el cine de Hawks entró en declive a través de Su juego favorito (1964) y Peligro… Línea 7000 (1965), un bache casi más profundo que el de Tierra de faraones. Como hizo entonces, Hawks recurrió al western para salvar la situación. Así nació El Dorado


















Cuando uno analiza los argumentos en los que se basan las películas de la última etapa de Howard Hawks, más claro ve la obsesión del realizador por abstraerse de la trama, por utilizarla como excusa para ocuparse de lo que para él era la esencia del filme: el retrato de personajes y el estudio de situaciones ya abordadas previamente. Lo que Hawks quería era seguir indagando en las relaciones entre ciertos caracteres después de cambiar el valor de algunas variables. Mientras rodaba Río Bravo, Hawks veía el resultado de lo que iba filmando y se preguntaba que pasaría si el alcohólico en vez del ayudante fuera el sheriff, o que ocurriría si cambiaba al joven pistolero por alguien que no hubiese manejado un arma en su vida:

“Siempre que ruedo una escena me pregunto: ‘¿Cómo sería todo al contrario?’. No hay un motivo especial por el que seguir una línea recta. Siempre se puede incluir un giro, y lo vemos sobre la marcha. Así trabajo con los guionistas” (Entrevistas TCM).

A Hawks le gustaba experimentar y fue lo que hizo con El Dorado, una película que siempre negó que fuera un remake de Río Bravo. Entendemos a Hawks en su defensa, a veces vehemente, de la singularidad de la película en cuanto a que alega que no es una copia, plano a plano, como la realizada con Bola de fuego. Con El Dorado y, luego veremos, con Río Lobo, el grado de entropía que explicábamos en la introducción es cada vez más elevado, desde luego mucho más que en Nace una canción, donde es prácticamente mínimo. El caso de El Dorado se corresponde más con el concepto de “Reiteración-Variación” definido por Francis Vanoye, que con el de repetición. El escritor compara el cine de Hawks con el de Eric Rohmer, en concreto con su serie de los Cuentos Morales, también con los westerns que rodó Budd Boetticher con Randolph Scott o con las tres películas que Ingmar Bergman filmó en torno al Silencio de Dios. Todas ellas hacen pensar “en la música, en las variaciones sobre un tema, en la reescritura de obras para diversas formaciones musicales o en la reorquestación […]. Estamos ante una estructura poética y musical, con efectos de rimas situacionales, de amplificaciones o reducciones de motivos, de inversiones, transformaciones, etc.” (Vanoye 1996, p.50).

Para “reorquestar” Río Bravo, Hawks se hizo con los derechos de la novela “The Stars in their Courses”, de Harry Brown. El director utilizó el libro simplemente como referencia, como una historia de la que partir para llegar a lo que le interesaba. El guión lo escribió Leigh Brackett siempre atenta a las indicaciones de Hawks y en perfecta sintonía con lo que el realizador pretendía desde su participación en el libreto de Río Bravo. Se puede decir que la escritora recogió el testigo de manos de Jules Furthman para continuar con la trilogía. Como a Hawks no le convencía el tono trágico que inundaba la historia original, decidió cambiarla enseguida de tal forma que en El Dorado, de la novela de Brown apenas queda el planteamiento del conflicto:[1]





[1] A Harry Brown no le gustó nada lo que hicieron con su novela y siempre renegó de la película. Hasta luchó para que retirasen de los créditos el título de su libro.



jueves, 8 de enero de 2009

SILENCIO SE... GRABA (Semana del 9 al 15 de enero de 2009)

Después de una mirada a las películas recomendadas, las que merecen la pena de todas las que han programado las cadenas para la semana entrante, la impresión que nos llevamos es que el cambio de año viene con ausencia de obras maestras (exceptuando la grandísima cinta de Víctor Erice), pero con suficiente cantidad de filmes interesantes. Así, largometrajes producidos en España y dirigidos por mujeres (Icíar Bollaín y Pilar Miró); algunos buenos western de Hathaway, Mulligan o incluso uno en clave de humor de Buster Keaton; el mejor cine negro a cargo del controvertido Dmytryk; y variadas películas de aventuras, policíacas, bélicas, de ciencia-ficción, dramas o comedias, todas aptas para rellenar un hueco en nuestra videoteca.

Pinchar en la tabla para verla mejor (las películas en rojo no son necesariamente las mejores, son las que se comentan más abajo)

Comentarios de algunas de las cintas recomendadas:


¿Quién puede matar a un niño? (Narciso Ibáñez Serrador, 1976). Lewis Fiander, Prunella Ransome. (7RM, sábado 10 a las 03:45)

El televisivo Chicho Ibáñez Serrador se siente cómodo con el cine de suspense y las historias de terror -aquellas que no nos dejaban dormir- y lo demuestra con la realización de esta película que ya puede considerarse un clásico del género.

Una pareja extranjera llega a la costa mediterránea para pasar unas vacaciones. Su destino es una hipotética isla llamada Almanzora, donde parece que no vive nadie excepto un grupo de niños…

La cinta se divide en dos actos. En el excelente prólogo el director prácticamente anticipa el tema central e incluso algo del desarrollo: el matrimonio pasa un día en Benavís (un pueblo costero ficticio) y se encuentran con unas fiestas de lo más ruidosas. La ciudad parece en plena ebullición, repleta de turistas; justo todo lo contrario de lo que ocurrirá en la isla. Mientras transcurre la celebración comienzan a llegar cadáveres a la playa; el primero, curiosamente, es descubierto por un niño. Por otro lado, Chicho nos cuenta –realmente no pasa del susurro- que el matrimonio acaba de salir de un conflicto provocado por el estado de buena esperanza de ella. Un embarazo no deseado por el marido, que ha sido capaz de pensar en el aborto. Por si esto no fuera poco las noticias de la televisión -y los excesivamente largos créditos de la película- nos muestran imágenes documentales de distintas guerras y sus victimas inocentes: los niños.


Este inicio realista es transformado por el realizador en un ambiente de pesadilla en la segunda parte, tras la llegada a la isla. Allí, destaca la banda sonora, responsabilidad de Waldo de Los Ríos, formada por sonidos y silencios, donde se alternan las risas de los niños con una siniestra melodía infantil.

La trama avanza de una forma similar a las mejores películas de Alfred Hitchcock. Incluso el director hace un cameo muy parecido a los que utilizaba el maestro del suspense como firma de sus películas. Además hay algunas secuencias que recuerdan a la aclamada Los Pájaros (The Birds, 1963), incluido el mensaje apocalíptico final.



Abducido (Lifted de Gary Rydstrom, 2006). (Antena 3, sábado 10 a las 22:00)

Se trata del premiado corto de la factoría Pixar (incluida la nominación al oscar) que precedía a Ratatouille en las salas de cine. Es una película pedagógica, al menos para los extraterrestres que se quieran iniciar en abduciones de humanos: un alumno novato, y un maestro que no se inmuta ante la torpeza de su pupilo, son los protagonistas de esta pequeña, pero muy divertida, historia de ciencia-ficción. Los gestos del rostro del aprendiz, las consecuencias de sus patosas acciones y la lección magistral de su profesor son lo mejor del filme que tiene un final aplastante; interprétese éste en su sentido literal.



Dos Mulas y una Mujer (Two Mules for Sister Sara de Don Siegel, 1970). Clint Eastwood, Shirley MacLaine. (TPA, domingo 11 a las 15:30)

Cinta peculiar de Don Siegel, que aprovecha un divertido guión de Budd Boetticher y se alía con su amigo Clint Eastwood, para realizar un spaghetti western en México. La nota de humor la pone Shirley Maclaine, una monja casi tan dura como Eastwood, que sirve de espía para la revolución mejicana. El personaje del actor norteamericano es el habitual en la serie de Sergio Leone, es decir el pistolero que sirve al mejor postor. La combinación de ambos es lo que le da a esta cinta el carácter de comedia. Por el lado técnico cabe destacar la siempre eficaz fotografía de Gabriel Figueroa, sobre todo en las tomas con escasa luz. Véase, por ejemplo, la secuencia dentro de la cueva, con los personajes que interesan parcialmente iluminados. Para darle el empaque de western al uso de esos años, sólo faltaba la música de Ennio Morricone. El recuerdo de películas como Por un puñado de dólares (Per un pugno di dollari de Sergio Leone, 1964) es inevitable.



Lluvia (Rain de Lewis Milestone, 1932). Joan Crawford, Walter Huston. (CARTV, lunes 12 a las 04:00)

Unos pasajeros quedan atrapados, a causa del mal tiempo -la lluvia del título-, en una isla tropical mientras esperan el barco que los lleve a su destino. Entre ellos se encuentra Sadie Thompson (Joan Crawford), una prostituta que huye de Estados Unidos donde es reclamada por la justicia… leer más

jueves, 16 de octubre de 2008

SILENCIO SE... GRABA (Semana del 17 al 23 de octubre de 2008)

Con la incorporación a nuestra tabla de nuevos canales autonómicos tenemos una oferta muy amplia de buenas películas para la semana entrante. Entre ellas la cinta de Don Siegel, que dio origen a la serie de televisión Madigan; dos filmes de John Huston; la versión de Las Amistades Peligrosas de Milos Forman; y las obras maestras Ordet (La Palabra) de Dreyer, 2001 de Kubrick y Blade Runner de Ridley Scott.

Pinchar en la tabla para verla mejor (las películas en rojo no son necesariamente las mejores, son las que se comentan más abajo)


Comentarios de algunas de las cintas recomendadas:

Estación Comanche
(Comanche Station de Budd Boetticher, 1960). Randolph Scott, Nancy Gates. (IB3, viernes 17 a las 15:30)

El mejor de los siete western de serie B filmados por Boetticher con Randolph Scott como reclamo estelar, que se enriqueció con la serie aparte de resurgir como actor. La trama nos cuenta como un cazador de recompensas (Scott) rescata a una mujer de los indios creyendo que se trata de su esposa. La desilusión no impide que proteja a la dama como si realmente fuera su pareja; y es que acecha otro “colega” que también busca cobrar la gratificación. Con esta estructura narrativa ágil y sencilla se dibuja uno de los western de mayor calidad de la década de los sesenta. Todos los personajes, principales y secundarios, tienen historia propia y en pocas escenas el espectador los conoce perfectamente. Gran parte del mérito puede atribuirse al excelente guión de Burt Kennedy, más tarde también director.



Paso al Noroeste (Northwest Passage de King Vidor, 1940). Spencer Tracy, Robert Young. (TVG, sábado 18 a las 01:30)

Basada en el libro de Kenneth Roberts, la película narra las aventuras de los Rangers de Rogers… leer más



Lord Jim (Richard Brooks, 1965). Peter O’Toole, James Mason. (TPA, sábado 18 a las 23:45)

Adaptación de la novela de Joseph Conrad sobre un oficial de la marina mercante que huye de su pasado. La acusación de cobardía que pesa sobre él es consecuencia del abandono de "El Patna", un buque fantasma que a mí me recuerda mucho a los que presenta Hergé en su comic Tintín (aquel barco cargado de musulmanes que se dirigen a la Meca en "Stock de Coque").

Richard Brooks realiza una de sus mejores películas y, lejos de ser una convencional cinta de aventuras, profundiza en la personalidad de Jim, un hombre angustiado con tintes suicidas que busca redimirse ante sí mismo, más que ante la sociedad. Lo mejor del largometraje es el protagonista, Peter O'Toole; el actor británico se encuentra a la altura de su trabajo en Lawrence de Arabia y le viene como anillo al dedo el tortuoso personaje de Jim. Le siguen de cerca un elenco de lujo donde destaca, como siempre, James Mason.

Una curiosidad cinéfila, no me extrañaría nada que Francis Ford Coppola se fijara en Lord Jim para su Apocalypse Now, no sólo por la ambientación en la sofocante jungla, sino por las secuencias donde Eli Wallach dialoga con Peter O'Toole sobre el sufrimiento y la muerte: dichas escenas tienen mucho que ver con aquellas entre Brando y Martin Sheen. Pero también cuando aquí Curt Jurgens desvaría lo hace a semejanza de un personaje parecido, el de Dennis Hopper en la citada película bélica.



Quiero la cabeza de Alfredo García (Bring me the head of Alfredo García de Sam Peckinpah, 1974). Warren Oates, Isela Vega. (TVG, domingo 19 a las 00:15)

Con la cabeza de Alfredo García como un personaje más, Bennie sortea todo tipo de dificultades a través del polvoriento desierto… leer más



Río Grande (John Ford, 1950). John Wayne, Maureen O’Hara. (TVG, domingo 19 a las 02:00)

Río Grande se puede encuadrar dentro de las cintas más personales de Ford – la mayoría lo eran-; se puede definir como una sucesión de grandes momentos que el propio director hubiera querido vivir… leer más



Amores Perros (Alejandro González Iñárritu, 2000). Gael García Bernal, Goya Toledo, Emilio Echeverría. (Onda 6 TV, domingo 19 a las 22:00)

Un grave accidente de automóvil provoca que se crucen tres personajes, que sólo tienen en común el cariño que sienten por sus perros: un joven vive peligrosamente entre peleas ilegales de canes y bajo la amenaza de su violento hermano; una modelo, liada con un hombre casado, ve arruinada su carrera debido al accidente y se desespera al perder a su mascota que, literalmente, se la ha tragado la tierra; un mendigo, asesino a sueldo, cuida con cariño a todos los perros que se encuentra y vive del recuerdo de una vida anterior.

Esta es la base de una cinta a ratos sofocante, y siempre violenta, que nos deja un regusto amargo difícil de olvidar. Todas las historias tienen su estructura particular, se desarrollan de forma episódica y se resuelven al final de la cinta de forma desigual.

González Iñárritu rueda un drama de sucio realismo que le vale la nominación al oscar a la mejor película de habla no inglesa y varios premios importantes como el de Cannes. Además le abre las puertas de la gran industria y le proporciona la oportunidad de dirigir 21 gramos (2003), segunda parte de su trilogía que finalizará con Babel (2006).



Conspiración de silencio (Bad day at Black Rock de John Sturges, 1954). Spencer Tracy, Robert Ryan. (TV3, miércoles 22 a las 18:30)

Un tren llega a una estación perdida del Oeste; de él se baja un hombre con un solo brazo y con una sola misión: condecorar a un excombatiente japonés de la Segunda Guerra Mundial. Pronto será rechazado por los habitantes del pueblo, que esconden un terrible secreto… A partir de aquí se desarrolla posiblemente la mejor película de John Sturges; un director que se acerca, a pasos agigantados, a situarse entre los grandes del cine clásico norteamericano.

Después del interesante arranque (me encantan esos comienzos en los que se divisa a lo lejos el ferrocarril o un automóvil…, sabemos que algo va a cambiar) el realizador se encarga de mantener la tensión gracias al excelente manejo de dos herramientas: el guión y la buena gestión del scope.

La trama descansa en la lucha entre un único personaje y todo un pueblo hostil. Una estructura de western con un protagonista minusválido, cuyo brazo amputado encierra un doble significado: por un lado la metáfora de la impotencia del hombre frente a la injusticia; por otro su situación personal que nos sitúa en el momento correcto al inicio de la película, el reciente fin de la Guerra. La simbología podría alcanzar mayores dimensiones si consideramos a Tracy como una representación de la propia humanidad; de una generación herida después de la terrible contienda y sometida de nuevo a la presión, ya sea del racismo o de cualquier otro tipo, pero siempre por la misma causa: la intolerancia del ser humano.

El correcto tratamiento del guión aporta el suficiente estrés al espectador, pero Sturges consigue amplificar dicho efecto gracias a su destreza técnica en la utilización, con fines dramáticos, del Cinemascope. Y es que la soledad de Tracy se acentúa aún más cuando el director lo sitúa, con el nuevo formato, en medio del desierto o del pueblo semiabandonado.

Todo lo anterior, más una magnífica dirección de actores, hacen de esta cinta una maravilla para la vista y la catalogan de imprescindible.


jueves, 3 de julio de 2008

SILENCIO SE... GRABA (Semana del 4 al 10 de julio de 2008)

Pinchar en la tabla para verla mejor.



Cabalgar en solitario (Ride Lonesome de Budd Boeticher, 1959) Randolph Scott, Karen Steele.

Western del especialista Boetticher a beneficio de Randolph Scott que se hizo de “oro” gracias a participar en los beneficios de las películas que rodaron juntos. Y es que este film del oeste de la serie B esta perfectamente realizado y junto a Decisión at Sundown, Comache Station, Westbound y The Tall T entre otras, forman un grupo compacto de muy buenas películas del género. Destacan siempre en este tipo de cintas la excelente fotografía, las muy bien rodadas secuencias de acción y el sorprendente guión, casi siempre del más tarde director Burt Kennedy. Aquí cada personaje, por pequeño que sea, tiene una historia que contar, historia que Boetticher, con gran habilidad, se encarga de transmitir al espectador en poco metraje. Todo esto enriquece el filme y lo hace muy entretenido. Estas cintas pasaron al olvido hasta que los “jóvenes” de la Nouvelle Vague y su “Cahiers du cinemá” se encargaron de ensalzarlas con toda justicia.

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