lunes, 23 de junio de 2008

LA JUNGLA DE ASFALTO (The Asphalt Jungle de John Huston, 1950)

John Huston. El creador de La Reina de África o Dublineses tuvo una de las carreras más brillantes de Hollywood. Si bien es cierto que realizó algunas cintas que más vale olvidar –por razones alimenticias y para pagar a sus esposas, como él mismo decía-, la mayoría son obras maestras y merecen recordarse como tales. Hoy vamos a comentar una de las mejores: La jungla de asfalto.



El filme marcó una época y fue copiado hasta la saciedad. Se trata de la adaptación de una novela de W.R. Burnett sobre el atraco a una joyería. El propio Huston, junto con Ben Madow, escribió el guión y, para no apartarse del relato original, las consultas con el autor fueron continuas. No era la primera vez que el director se basaba en una obra de Burnett. Anteriormente, en su etapa de guionista, ya había adaptado El último refugio de Raoul Walsh.

Todo lo que intentó Huston en esta muestra del cine negro le salió bien. Quería realismo. Lo obtuvo; muy cercano al que en ese momento se experimentaba en Italia, pero salpicado de expresionismo, dada la negrura del filme. En efecto, en el arranque, las calles de la ciudad parecen desiertas, cubiertas de una densa neblina que deforman su aspecto. Parece que sólo delincuentes y policías habitan en esta particular “jungla de asfalto”. Y es que esos son los personajes que le interesan a Huston.


Una vez delimitada la población destinataria de la historia, entonces sí aparece el realismo con toda su fuerza: los componentes de la banda hablan de sus problemas personales, de la enfermedad de un hijo o de la vida cotidiana de cada uno. Es un anticipo de lo que haría cuatro décadas después Quentin Tarantino. En el mismo sentido, la corrupción toma protagonismo y se vuelve habitual. Aparece en el despacho de un abogado -Louis Calhern, el perfecto cínico-, pero también en la comisaría de policía.


Huston quería el mejor casting. Lo consiguió. Debe ser una de las películas con mayor calidad en el apartado de secundarios. Prácticamente todos lo son. Si exceptuamos a Sterling Hayden y Jean Hagen -que tampoco son verdaderos protagonistas- el resto de la banda tiene un rol de apoyo. La sinergia que provoca su actuación le confiere al largometraje la categoría de obra maestra. Pero también por separado su aportación es digna de mencionar. Así, Sam Jaffe –Doc, el “cerebro” de la banda- hace su mejor papel; reconocido con diversos premios, entre ellos la copa Volpi del festival de Venecia y la nominación al oscar.

Marilyn Monroe fue otra de las beneficiadas. Todo cambió en su vida a partir del personaje de La jungla de asfalto. Huston dijo de ella -en sus memorias- que paso con éxito la prueba de casting porque era “ condenadamente buena”. En dicha prueba la actriz tenía que hacer una escena en un sofá. Ella propuso hacerlo en el suelo. Huston aceptó y se quedó maravillado.

A pesar de constituir un cambio significativo en la obra de Huston, La jungla de asfalto contiene el mensaje que tanto obsesionaba al realizador: la riqueza, el dinero y las demás aspiraciones materiales finalmente desaparecen por culpa de las debilidades humanas. Es un elemento que la une con películas tan dispares –y tan buenas- como El halcón maltés, El tesoro de Sierra Madre o El Hombre que pudo reinar.

La cinta contiene muchos más elementos para analizar: el final bucólico; la obsesión por las mujeres del jefe de la banda -una de las debilidades de las que hablábamos-; la historia de amor entre Jean Hagen y Sterling Hayden; la banda sonora de Miklos Rozsa, etc. Imposible tratarlos todos en estas líneas. Sólo me resta proponer el mejor homenaje que se le puede realizar a John Huston y a su obra: ver, y disfrutar de La jungla de asfalto.


Ver Ficha de La Jungla de Asfalto.

2 comentarios:

  1. Hola Ethan: Muy buen comentario de esta magnífica película de Huston. La verdad es que 1950 fue un año de auténticas joyas, no sólo de grandes productoras, también de alguna independiente con "El demonio de las armas" o "Con las horas contadas".
    De esta que reseñas, mi mejor refuerdo es la escena de la detención de Doc cuando se entretiene a mirar a una chica que baila, depués de todos los esfuerzos de Dix Hanley por procurarle el dinero para huír. Memorable la escena.
    Saludos!

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  2. Y cuando la has visto varias veces las ganas que te da de meterte en la película y avisar a Doc de la estupidez que está cometiendo. Igual que con Bogart en el "Tesoro de Sierra Madre"; y en tantas ocasiones con las pelis de Huston. Mira que tenía "mala leche"...
    Saludos babel!

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