jueves, 30 de octubre de 2008

SILENCIO SE... GRABA (Semana del 31 de octubre al 6 de noviembre de 2008)

Comenzamos el mes de noviembre con la celebración más oscura del otoño: El Día de los Difuntos; algunas cadenas de televisión han aprovechado la ocasión para programar películas tan adecuadas como Drácula, mientras otras han acudido al inevitable Tim Burton o a Shyamalan para cumplir con los muertos. Pero no sólo de terror vive el cinéfilo así que nosotros vamos a recomendar también otro tipo de cintas: entre ellas alguna maravilla de Frank Capra; el excelente biopic del boxeador Jake La Motta; o los western modélicos de Parrish y Sturges.

Pinchar en la tabla para verla mejor (las películas en rojo no son necesariamente las mejores, son las que se comentan más abajo)


Comentarios de algunas de las cintas recomendadas:

La Carta Final (84 Charing Cross Road de David Jones, 1987). Anthony Hopkins, Anne Bancroft. (IB3, sábado 1 a las 15:50)

Película basada en las memorias de Helen Haff. Narra las relaciones por correspondencia entre la escritora estadounidense, muy abierta, progresista y alocada, y un librero londinense estirado, pero enamorado de su cliente del otro lado del Atlántico. A través de la relación epistolar entre los personajes vamos descubriendo la historia de los dos países desde la posguerra hasta los años 70. Pero también vemos como evoluciona la amistad hasta convertirse en amor. El exceso de voz en off de la película, debido a la lectura de tanta correspondencia, es compensado con imágenes de la vida cotidiana de los protagonistas que nada tienen que ver con lo que se está oyendo. El resultado es un complemento perfecto a la información que se desprende de cada una de las cartas. Para los aficionados a la literatura y a la vez cinéfilos puede ser una cinta de culto.



El Acorazado Potemkin (Bronenosets Potyomkin de Sergei M. Eisenstein, 1925). Aleksandr Antonov, Grigori Aleksandrov. (Popular TV, domingo 2 a las 00:30)

Un hito en la historia del cine. Toda una referencia para los profesionales de la edición. Una espectacular demostración de “el montaje de atracciones”, así llamado por el propio Eisenstein que creía que la mejor manera de expresar las emociones era encadenando diferentes planos de escenas que transcurren en paralelo dentro de una misma secuencia.

Y es que por separado, los planos podrían narrar la acción convencionalmente, pero juntos, y convenientemente montados, consiguen un sorprendente efecto expresivo. Así, la secuencia de la rebelión en el buque de guerra o la de la escalera de Odessa, entre otras, consiguen amplificar el mensaje del director gracias al trabajo posterior al rodaje.

Pero no sólo el montaje destaca en esta producción -para muchos la mejor de la historia- sino también el alarde de inteligencia al servicio, eso sí, de la propaganda soviética. Las metáforas se suceden desde el arranque con los marineros durmiendo en el sollado; es el episodio “Hombres y Gusanos”, donde la dotación descansa en los coys. La imagen que propone Eisenstein es semejante a la de las larvas, y es que la simbología de este primer capítulo es doble: por un lado se está gestando una revolución, aún embrionaria; y por otro el detonante, la denuncia, por parte de los marineros, de que la carne que les alimenta está podrida, llena de gusanos.

Ejemplos de este tipo son continuos y enriquecen progresivamente la acción que llega a ser asfixiantemente barroca. Así, en el segundo capítulo, un crucifijo cae a cubierta y se clava como una daga, un aviso del peligro que supone la iglesia; o el toldo del castillo del acorazado se convierte en una improvisada mortaja cuando la rebelión parece que se va a cobrar sus primeras victimas.

El Acorazado Potemkin va más allá de la consideración de obra maestra. Es una cinta para homenajear a la menor oportunidad, no sólo en señal de gratitud hacia uno de los más grandes directores que haya existido, sino para reconocer el enorme monumento que el propio cine se ha hecho a sí mismo.



El reportero (Professione: Reporter de Michelangelo Antonioni, 1975). Jack Nicholson, Maria Schneider. (Popular TV, domingo 2 a las 22:00)

De nuevo Antonioni retomando su tema preferido, el de la incomunicación del hombre con la vida que le rodea. Para ello utiliza esta vez a un periodista y lo sitúa en un ambiente de lo más hostil: un país desértico donde el personaje no se entiende con los nativos (herencia directa de Rossellini y continuación de obras del propio Antonioni como La Aventura o El Desierto Rojo). El rechazo por parte del protagonista es tal que cambia de identidad, como si fuera un personaje de Patricia Hihgsmith. A destacar el larguísimo y brillante plano final: con la cámara fija rodando desde el interior de una habitación, a través de la ventana. Las imágenes –y los sonidos- entran y salen del plano y ayudan al espectador a entender lo que está pasando sin mover ni un centímetro el objetivo. Algo parecido haría Michael Haneke en una secuencia, igualmente memorable de Caché (2005).



A Años luz (Les Annees Lumiere de Alain Tanner, 1981). Trevor Howard, Mick Ford. (Popular Tv, lunes 3 a las 00:30)

El suizo Alain Tanner realiza una singular película que ganó el premio del jurado en el festival de Cannes, en 1981, y que consigue emocionar hoy en día gracias a una atractiva historia… leer más

lunes, 27 de octubre de 2008

RÍO ROJO (Red River de Howard Hawks, 1948)

¿Qué tienen en común los geniales western Winchester 73, Horizontes lejanos, o La pradera sin ley? ¿Y las excelentes aventuras El mundo en sus manos y Su majestad de los mares del Sur? ¿Qué es lo que une estas películas tan dispares de Anthony Mann, Raoul Walsh o King Vidor? La respuesta es sencilla: todas tienen como guionista a Borden Chase, uno de los mejores escritores que ha dado Hollywood. Para recordar su paso por el cine, hoy vamos a comentar el filme que le consagró: Río Rojo.


Red River es una historia de itinerario y aprendizaje, con dos personajes principales: Tom Dunson, encarnado por John Wayne, papel que le convirtió en estrella (“ese hijo de puta sabe actuar” dijo John Ford al ver esta cinta), y su hijo adoptivo, Matt (Montgomery Clift, debutando). Juntos emprenden un largo viaje con miles de cabezas de ganado; a lo largo de esta trayectoria el carácter de Tom se va agriando y el enfrentamiento entre ambos parece inevitable.

Aunque el proyecto inicial se presentaba de muy buen cariz –entre otras cosas la historia original también era de Chase (The Chisholm Trail, publicada en el Saturday Evening Post)- lo cierto es que sacar adelante la película no fue tarea fácil. No sólo por el rodaje en exteriores que tanto temían los productores; ni por el carácter antagónico de los actores -Wayne y Clift acordaron no hablar de política durante el rodaje para suavizar el ambiente-; ni siquiera la casi extinción de las famosas reses de “cuerno largo”, protagonistas del filme, fue un impedimento insalvable, ya que mezclaron –y colocaron estratégicamente- las pocas docenas que quedaban con vacas de otra raza, de tal forma que el resultado final fuera el deseado.

Lo peor fue el enfrentamiento entre Borden Chase y el director-productor Howard Hawks: Chase quería un final diferente para la historia y más protagonismo para el personaje del pistolero encarnado por John Ireland; aquel que pronunciara una de las frases más celebres de la historia del cine, cuando compara su revolver con el de Matt: “Sólo hay dos cosas más bonitas que un arma: un reloj suizo y una mujer. ¿Ha tenido alguna vez un reloj suizo?”.

Pero Hawks era mucho Hawks. El gran cineasta participaba tanto o más en los guiones que los propios escritores hasta conseguir hacer suya la historia. La contaba resaltando sus temas preferidos gracias a un tratamiento peculiar de los personajes; “sus” personajes. Las discrepancias fueron tantas y tan importantes que Borden Chase figura en los créditos de Río Rojo gracias a la intercesión del sindicato de guionistas.

La complejidad de su realización se vio recompensada por el resultado final: Río Rojo, actualmente, es considerada de forma unánime como una de las obras maestras de Howard Hawks. Lo es gracias a la aparición de muchos de los elementos que definen su cine: los imperceptibles movimientos de cámara, sólo manifiestos cuando la situación lo requiere, lo que les proporciona mayor expresividad; el retrato de hombres con un objetivo común y enfrentados a las mismas dudas y peligros; su forma de presentarlos en pantalla: de día, con rodajes de exteriores luminosos, propios del mejor documental; de noche, en decorados donde se confiesan unos con otros.


Entre ellos el duro protagonista (Wayne), el héroe hawksiano por excelencia. Egocéntrico, sólo preocupado por su ganado, evitando comprometerse emocionalmente y huyendo de las muestras explícitas de afecto; parece que estamos retratando a Bogart en Tener y no tener (To have and have not, 1944) o a Cary Grant en Sólo los ángeles tienen alas (Only angels have wings, 1939). Sólo la intervención de una mujer consigue cambiarle el carácter. Aquí es Joanne Dru la que suaviza a Dunson, como Lauren Bacall o Jean Arthur hicieran en las películas citadas anteriormente.

Pero lo que realmente da un giro a la historia -lo que sin duda se tuvo en cuenta para nominar el guión a los oscar de Hollywood-es la subtrama amorosa insertada habilmente en la acción principal. Es una parte importante del guión que sale a relucir cuando Borden Chase acude a la presencia recurrente de un brazalete. El preciado objeto cambia continuamente de manos, siempre con el mismo motivo: como recuerdo de un amor que finalmente no pudo ser. Dicen que ese es el amor más puro; eso es lo que parece que Borden Chase opinaba. Puede que tuviera razón.

Ver Ficha de Río Rojo.





jueves, 23 de octubre de 2008

SILENCIO SE... GRABA (Semana del 24 al 30 de octubre de 2008)

A pesar de las ausencias de programación de algunas cadenas (sobre todo las nacionales), y de los cambios de programación de otras (véase TV3 que traslada Conspiración de silencio, comentada la semana pasada, del miércoles al viernes como por arte de magia); a pesar de todo esto, digo, nosotros seguimos con la recomendación de las mejores películas que se pueden ver la semana entrante. Entre ellas figuran una cinta bélica de Oliver Stone; la obra maestra de Búster Keaton; el largometraje de Griffith que sentó la bases narrativas del cine; la primera versión de Tú y Yo de Leo McCarey; uno de los mejores western de Anthony Mann; y Avanti! De Billy Wilder.

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Comentarios de algunas de las cintas recomendadas:

Una Habitación con vistas (A Room with a View de James Ivory, 1985). Helena Bonham Carter, Maggie Smith. (Onda 6 TV, sábado 25 a las 22:00 y domingo 26 a las 16:00)

Uno de los mayores éxitos del trío formado por el director James Ivory, el productor Ismael Merchant y la guionista y escritora Ruth Prawer Jhabvala. Consigue varios oscars de la academia y está basada en una novela de E.M. Forster, el autor más querido por el grupo, origen de algunas de sus mejores obras.

Trata de las dudas de una joven inglesa (Helena Bonham Carter) que se debate entre su prometido y su amante; a este último lo conoció en un inolvidable viaje a Italia, donde las vistas de Florencia (las de la habitación del título) sirvieron de catalizador de la relación. El encuentro amoroso es presenciado por la dama de compañía que es incapaz de guardar el secreto -Maggie Smith, siempre excelente, en el registro que mejor resultado le ha dado-.

Los personajes, todos ellos, huelen a las páginas de un libro recién editado. Y es que tanto el director como sus colaboradores no intentan disimular el origen de la cinta, más bien todo lo contrario: lo consiguen con unos diálogos en exceso literarios, pero que no cansan; con una ambientación estudiada al detalle, muy efectiva y propia de una descripción narrativa; e incluso con carteles episódicos que estructuran la película en capítulos y la hacen muy atractiva.



El Efecto Dominó (The Trigger Effect de David Koepp, 1997). Kyle McLachan, Elisabeth Shue, Dermont Mulroney. (Localia, domingo 26 a las 20:00)

El director –y también guionista- David Koepp adapta un episodio de la famosa serie de televisión de los sesenta “The Twilight Zone”, y le da su toque personal al aproximar el caos de forma progresiva… leer más




Encubridora (Rancho Notorious de Fritz Lang, 1952). Marlene Dietrich, Arthur Kennedy, Mel Ferrer. (Popular TV, lunes 27 a las 00:30)

Encubridora es el mejor de los tres western realizados por Fritz Lang y uno de los más originales y personales de toda la historia… leer más

lunes, 20 de octubre de 2008

EL NIÑO CON EL PIJAMA DE RAYAS (The Boy in the Striped Pyjamas de Mark Herman, 2008)

No sabemos si la crisis ha sido la causante de la temprana adaptación al cine de un best-seller como el libro de John Boyne, que aún se sigue vendiendo con dinamismo. Ignoramos si la apuesta segura de invertir en un proyecto, que ha sido leído por millones de personas, ha sido el origen de la película; independientemente del motivo nos alegramos de su resultado y, desde luego, si pensamos en la que está cayendo no nos atrevemos a reprocharles nada a los productores.


Estoy seguro que él análisis de la cinta de Mark Herman podría abordarse de dos formas diferentes –y su resultado sería igualmente distinto-: desde la opinión del que ya ha disfrutado de la lectura de la novela, o desde el que todavía no lo ha hecho. Nuestro caso corresponde a la primera alternativa.

Y es que para sacarle todo el jugo al largometraje es muy recomendable leer antes el relato de Boyne. Un libro original, con una narrativa muy peculiar, apta para todos y que a todos interesa. La aparente sencillez de la escritura ha sido criticada duramente, sin embargo nos parece de un gran mérito situarse a la altura de un niño de 8 años y no abandonar nunca esa perspectiva. Y no hacerlo para que la denuncia del escritor sea la correcta. Porque no se trata de una reprobación más del horror del Holocausto; la historia de Bruno va más lejos: en mi opinión lo que pretende el autor es colocarse desde un punto de vista lo más alejado posible de la realidad histórica, da igual que sea un niño o un marciano, el caso es comprobar lo absurdo del genocidio, la sin razón de la barbarie.


Y la película acompaña a la novela en su dramático caminar de una manera ejemplar. El tópico de que los filmes suelen dejarse lo mejor de los escritos en los que se basan aquí no se cumple: la cinta complementa al libro y proporciona más información al lector. Y todo gracias a la brillante labor de adaptación de Herman; el realizador no ha caído en la tentación de obsesionarse con el punto de vista del protagonista. La opción de conservar el encanto del relato y presentar en pantalla los ingenuos pensamientos del niño con, por ejemplo, una voz en off, hubiera resultado cargante.

En vez de eso Mark Herman ha utilizado hábilmente recursos cinematográficos para dibujar mejor los personajes secundarios (sobre todo el de la madre); para hacer más creíble la historia (en el libro no era muy importante este aspecto ya que el entorno pseudo-fantástico de Bruno protegía la no veracidad del relato); y, en definitiva, para plasmar en imágenes todo el desarrollo dramático, desde su presentación hasta la espectacular conclusión: un final ya conocido pero igualmente impactante.

jueves, 16 de octubre de 2008

SILENCIO SE... GRABA (Semana del 17 al 23 de octubre de 2008)

Con la incorporación a nuestra tabla de nuevos canales autonómicos tenemos una oferta muy amplia de buenas películas para la semana entrante. Entre ellas la cinta de Don Siegel, que dio origen a la serie de televisión Madigan; dos filmes de John Huston; la versión de Las Amistades Peligrosas de Milos Forman; y las obras maestras Ordet (La Palabra) de Dreyer, 2001 de Kubrick y Blade Runner de Ridley Scott.

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Comentarios de algunas de las cintas recomendadas:

Estación Comanche
(Comanche Station de Budd Boetticher, 1960). Randolph Scott, Nancy Gates. (IB3, viernes 17 a las 15:30)

El mejor de los siete western de serie B filmados por Boetticher con Randolph Scott como reclamo estelar, que se enriqueció con la serie aparte de resurgir como actor. La trama nos cuenta como un cazador de recompensas (Scott) rescata a una mujer de los indios creyendo que se trata de su esposa. La desilusión no impide que proteja a la dama como si realmente fuera su pareja; y es que acecha otro “colega” que también busca cobrar la gratificación. Con esta estructura narrativa ágil y sencilla se dibuja uno de los western de mayor calidad de la década de los sesenta. Todos los personajes, principales y secundarios, tienen historia propia y en pocas escenas el espectador los conoce perfectamente. Gran parte del mérito puede atribuirse al excelente guión de Burt Kennedy, más tarde también director.



Paso al Noroeste (Northwest Passage de King Vidor, 1940). Spencer Tracy, Robert Young. (TVG, sábado 18 a las 01:30)

Basada en el libro de Kenneth Roberts, la película narra las aventuras de los Rangers de Rogers… leer más



Lord Jim (Richard Brooks, 1965). Peter O’Toole, James Mason. (TPA, sábado 18 a las 23:45)

Adaptación de la novela de Joseph Conrad sobre un oficial de la marina mercante que huye de su pasado. La acusación de cobardía que pesa sobre él es consecuencia del abandono de "El Patna", un buque fantasma que a mí me recuerda mucho a los que presenta Hergé en su comic Tintín (aquel barco cargado de musulmanes que se dirigen a la Meca en "Stock de Coque").

Richard Brooks realiza una de sus mejores películas y, lejos de ser una convencional cinta de aventuras, profundiza en la personalidad de Jim, un hombre angustiado con tintes suicidas que busca redimirse ante sí mismo, más que ante la sociedad. Lo mejor del largometraje es el protagonista, Peter O'Toole; el actor británico se encuentra a la altura de su trabajo en Lawrence de Arabia y le viene como anillo al dedo el tortuoso personaje de Jim. Le siguen de cerca un elenco de lujo donde destaca, como siempre, James Mason.

Una curiosidad cinéfila, no me extrañaría nada que Francis Ford Coppola se fijara en Lord Jim para su Apocalypse Now, no sólo por la ambientación en la sofocante jungla, sino por las secuencias donde Eli Wallach dialoga con Peter O'Toole sobre el sufrimiento y la muerte: dichas escenas tienen mucho que ver con aquellas entre Brando y Martin Sheen. Pero también cuando aquí Curt Jurgens desvaría lo hace a semejanza de un personaje parecido, el de Dennis Hopper en la citada película bélica.



Quiero la cabeza de Alfredo García (Bring me the head of Alfredo García de Sam Peckinpah, 1974). Warren Oates, Isela Vega. (TVG, domingo 19 a las 00:15)

Con la cabeza de Alfredo García como un personaje más, Bennie sortea todo tipo de dificultades a través del polvoriento desierto… leer más



Río Grande (John Ford, 1950). John Wayne, Maureen O’Hara. (TVG, domingo 19 a las 02:00)

Río Grande se puede encuadrar dentro de las cintas más personales de Ford – la mayoría lo eran-; se puede definir como una sucesión de grandes momentos que el propio director hubiera querido vivir… leer más



Amores Perros (Alejandro González Iñárritu, 2000). Gael García Bernal, Goya Toledo, Emilio Echeverría. (Onda 6 TV, domingo 19 a las 22:00)

Un grave accidente de automóvil provoca que se crucen tres personajes, que sólo tienen en común el cariño que sienten por sus perros: un joven vive peligrosamente entre peleas ilegales de canes y bajo la amenaza de su violento hermano; una modelo, liada con un hombre casado, ve arruinada su carrera debido al accidente y se desespera al perder a su mascota que, literalmente, se la ha tragado la tierra; un mendigo, asesino a sueldo, cuida con cariño a todos los perros que se encuentra y vive del recuerdo de una vida anterior.

Esta es la base de una cinta a ratos sofocante, y siempre violenta, que nos deja un regusto amargo difícil de olvidar. Todas las historias tienen su estructura particular, se desarrollan de forma episódica y se resuelven al final de la cinta de forma desigual.

González Iñárritu rueda un drama de sucio realismo que le vale la nominación al oscar a la mejor película de habla no inglesa y varios premios importantes como el de Cannes. Además le abre las puertas de la gran industria y le proporciona la oportunidad de dirigir 21 gramos (2003), segunda parte de su trilogía que finalizará con Babel (2006).



Conspiración de silencio (Bad day at Black Rock de John Sturges, 1954). Spencer Tracy, Robert Ryan. (TV3, miércoles 22 a las 18:30)

Un tren llega a una estación perdida del Oeste; de él se baja un hombre con un solo brazo y con una sola misión: condecorar a un excombatiente japonés de la Segunda Guerra Mundial. Pronto será rechazado por los habitantes del pueblo, que esconden un terrible secreto… A partir de aquí se desarrolla posiblemente la mejor película de John Sturges; un director que se acerca, a pasos agigantados, a situarse entre los grandes del cine clásico norteamericano.

Después del interesante arranque (me encantan esos comienzos en los que se divisa a lo lejos el ferrocarril o un automóvil…, sabemos que algo va a cambiar) el realizador se encarga de mantener la tensión gracias al excelente manejo de dos herramientas: el guión y la buena gestión del scope.

La trama descansa en la lucha entre un único personaje y todo un pueblo hostil. Una estructura de western con un protagonista minusválido, cuyo brazo amputado encierra un doble significado: por un lado la metáfora de la impotencia del hombre frente a la injusticia; por otro su situación personal que nos sitúa en el momento correcto al inicio de la película, el reciente fin de la Guerra. La simbología podría alcanzar mayores dimensiones si consideramos a Tracy como una representación de la propia humanidad; de una generación herida después de la terrible contienda y sometida de nuevo a la presión, ya sea del racismo o de cualquier otro tipo, pero siempre por la misma causa: la intolerancia del ser humano.

El correcto tratamiento del guión aporta el suficiente estrés al espectador, pero Sturges consigue amplificar dicho efecto gracias a su destreza técnica en la utilización, con fines dramáticos, del Cinemascope. Y es que la soledad de Tracy se acentúa aún más cuando el director lo sitúa, con el nuevo formato, en medio del desierto o del pueblo semiabandonado.

Todo lo anterior, más una magnífica dirección de actores, hacen de esta cinta una maravilla para la vista y la catalogan de imprescindible.


jueves, 9 de octubre de 2008

SILENCIO SE... GRABA (Semana del 10 al 16 de octubre de 2008)

Para la semana entrante, los distintos canales no nos ofrecen mucha variedad al repetirse en la programación cintas de semanas anteriores –aunque en diferentes autonomías-. De todas formas hay películas muy interesantes, entre otras la versión de John Sturges de la cinta de Kurosawa Los Siete Samuráis; la cinta de Francesca Archibugi; o el clásico de los creadores de King Kong: El Malvado Zaroff.

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Comentarios de algunas de las cintas recomendadas:

Los Señores del acero (Flesh + Blood de Paul Verhoeven, 1985). Rutger Hauer, Jennifer Jason Leigh. (TVG, viernes 10 a las 00:00)

Rodada en España, con las murallas de Ávila como testigo de algunas de las secuencias, es una película violenta y cargada de escenas explicitas de sexo, ambos sellos de identidad de Verhoeven. Inicialmente no fue distribuida en EEUU, y tuvo que esperar al éxito de Robocop (1987) para poder verse en las pantallas de todo el mundo.

Narra como Martín (Hauer), jefe de una banda de mercenarios, es traicionado después de ayudar a un señor feudal a recuperar su ciudad. Esto le conduce al destierro, junto a su banda. Para vengarse de la traición comete una serie de asesinatos, secuestros y violaciones; en una orgía continua de lujuria y violencia.

Destaca el personaje interpretado por la ambigua Jennifer Jason Leigh: es la prometida del hijo del señor feudal que, tras ser violada por Martín, se une a la banda y se debate continuamente entre la atracción que siente hacia su jefe-amo y el amor por Steven, su novio. También queda patente el papel de la Iglesia en esos oscuros años del medievo: el "cardenal", otro secuaz mas, es un religioso que no duda en matar al que no esté de acuerdo con sus creencias -por otro lado de lo más paganas como demuestra su peculiar manera de adorar la imagen de San Martín-.

El director subraya la incultura que sume en un caos a todos por igual: mercenarios, señores feudales y plebe. Sólo Steven -el único con estudios- es capaz de razonar y de comportarse con un mínimo de ética; es el contraste que propone Verhoeven en ese mundo en tinieblas, lo hace presentando las ingeniosas maquinas de guerra de Steven y sus remedios contra la peste.

Muy entretenida.



Boogie Nights (Paul Thomas Anderson, 1997). Mark Wahlberg, Julianne Moore, Burt Reynolds. (Onda 6 TV, domingo 12 a las 22:00)

Con un espléndido plano secuencia comienza esta cinta de Paul Thomas Anderson sobre el mundo del cine porno. El filme se basa en la vida de Dirk Digger (Mark Wahlberg) y es una ampliación del corto que ya realizara Anderson a final de los ochenta. Es un fiel retrato de exhibidores, productores, directores, técnicos y actores del cine de adultos en la realización de sus películas; pero también es una denuncia de lo cerca que conviven con el delito y la corrupción, y de la degradación que finalmente sufren.

Por su temática, y la puesta en escena tan cercana a la realidad, Boogie Nights fue prohibida en diversos países y Anderson tuvo que cortar varias escenas de sexo explícito para conseguir una calificación moral que le permitiera exhibir la cinta en condiciones normales.

Aunque el protagonismo de Mark Wahlberg es claro, Anderson realiza un largometraje coral, precedente de su excelente Magnolia (1999) donde actúan, prácticamente, los mismos profesionales: William H. Macy, Julianne Moore, John C. Reilly, Philip Seymour Hoffman, etc. El realizador expone, con su característica crudeza, la particular historia de cada uno de los secundarios; y le da tiempo a iniciarla, desarrollarla y concluirla a lo largo del metraje –eso sí, de más de dos horas y media de duración-. El resultado es un buen ejercicio narrativo que le acerca al mejor Robert Altman, pero sin perder su propia personalidad .



Un Pez llamado Wanda (A fish called Wanda de Charles Crichton, 1988). John Cleese, Jamie Lee Curtis, Kevin Kline, Michael Palin. (TV3, domingo 12 a las 22:45)

Desternillante comedia escrita y protagonizada por John Cleese, uno de los componentes de los Monty Phyton... leer más.

domingo, 5 de octubre de 2008

EL CRACK DOS (José Luis Garci, 1983)

Hoy para mí es un día especial. Tenía una deuda contraída y por fin puedo saldarla –al menos parte de ella-. Mi afición por el cine nace desde que tengo uso de razón, desde que vi mi primera película en un ya desaparecido cine de barrio de Madrid, en Pacífico, cerca de la Avenida de Barcelona. Un cariño creciente por el séptimo arte que me llevó a encargarme del cine club de mi facultad en los años de estudiante y a coleccionar miles de películas hasta el día de hoy. Sin embargo los mejores momentos que he pasado gracias al cine son aquellos dedicados a la escritura, nacidos del hecho de juntar palabras, convertirlas en líneas y unirlas a la emoción sentida por las imágenes que acababa de ver. Esto es relativamente reciente (¿trece años lo son?), y tiene un origen muy claro: las tertulias de uno de los mejores programas de televisión, “¡Qué grande es el Cine!”. Gracias a ese espacio televisivo he visto nacer verdaderos espacios de felicidad en mi vida.

Sé que escribir acerca de uno de los largometrajes de José Luis Garci no liquida el compromiso que tengo hacia él -al revés, casi lo acrecienta-, pero, por ahora, es lo único que puedo hacer. El filme elegido es una de las cintas injustamente menos valoradas de su filmografía: El Crack dos, una secuela de El Crack (1981), al menos tan buena como la primera.


La película arranca con dos partidas de mus: la primera convencional, de cartas; la segunda, se convierte en un enfrentamiento entre el protagonista, el detective Germán Areta (Alfredo Landa), y una banda de delincuentes que se ha apropiado de su coche. La secuencia, donde la cara de póquer del actor apenas varía de la utilizada en la mesa de juego, sienta las bases de cómo va a transcurrir la cinta sin hacer necesaria la visión del largometraje que inicia la serie. También el contraste de caracteres ayudan en la definición del personaje principal. Las escenas donde el detective aparece con su pareja (María Casanova, actriz fetiche de Garci en los setenta y ochenta) o con su ayudante (Miguel Rellán), son significativas por lo opuesto de su actitud: alegre y dinámica la posición de los secundarios; pesimista la de Areta.

El realizador, que no disimula su afición al cine negro estadounidense (dedica la película a Raymond Chandler), se inventa con el díptico un nuevo género español -“el gris marengo”, según sus propias palabras-, tan obscuro como el americano y repleto de referencias hacía Hollywood. Garci utiliza diversos elementos para configurar un entorno adecuado con el que hacer efectivo su homenaje particular al film noir: Así, un peluquero, amigo de Areta, se imagina una juventud al lado de figuras relevantes del boxeo americano. Son relatos acerca de legendarios combates, algunos de ellos amañados, que enturbian la ya de por sí obscura trama. Los decorados intencionados con carteles de cine -hay uno muy bien elegido para subrayar la soledad del detective en su particular lucha: Conspiración de Silencio (Bad Day at Black Rock de John Sturges, 1954)- o las insertadas secuencias de La Jungla de Asfalto (The Asphalt Jungle de John Huston, 1950) forman parte de la misma tarea: ennegrecer la acción lo máximo posible.


A pesar de la evidente sumisión al género, El Crack dos no pierde el toque personal del director: Garci impregna de su particular melancolía una trama que se convierte en crepuscular. Además propone secuencias donde la amistad es la verdadera protagonista. Para Garci, José Bódalo se convierte, una vez más, en el amigo perfecto –supongo que es una clara referencia a su aprecio por el excelente actor en la vida real-. Los diálogos entre Bódalo y Landa son la mejor muestra de lo que realmente le interesa y emociona al realizador. Finalmente, la cinta constituye un interesante documento del Madrid de los primeros ochenta, gracias a las tomas de la capital que el cineasta inserta a lo largo de todo el metraje.

La obra de Garci no siempre ha sido valorada en su justa medida debido a polémicas ajenas a la calidad de las cintas. Todas suscitadas, seguramente, desde la envidia y su inmediata proyección: el deporte nacional de atacar al que tiene éxito. La consecuencia de un debate intencionado, y la imposición, por parte de sus detractores, de una determinada etiqueta política, han causado el alejamiento de su cine por parte de muchos espectadores potenciales. Una injusticia cometida contra uno de los pocos directores independientes que hay en el panorama cinematográfico español; con una obra incuestionable, suficientemente extensa, y repleta de filmes de calidad.

José Luis Garci, escritor, director, productor y, sobre todo, alguien que ama al cine con gran pasión: un cinéfilo.

Con toda mi gratitud.

Ver Ficha de El Crack dos.




jueves, 2 de octubre de 2008

SILENCIO SE... GRABA (Semana del 3 al 9 de octubre del 2008)

Mucha y buena oferta de películas nos ofrecen esta semana entrante los canales locales de ámbito nacional, los autonómicos y los estatales. A destacar obras maestras de la talla de Blade Runner, El Fantasma de la Ópera o Ser o no Ser; legendarias cintas ochenteras dirigidas por Rob Reiner, John Carpenter o Robert Zemeckis; y grandes películas, de autor o comerciales, de diferentes géneros. Todas esperando ser grabadas…


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Comentarios de algunas de las cintas recomendadas:


A Años luz (Les Annes Lumiere de Alain Tanner, 1981). Trevor Howard, Mick Ford. (Popular TV, sábado 4 a las 22:00)

El suizo Alain Tanner realiza una singular película que ganó el premio del jurado en el festival de Cannes, en 1981, y que consigue emocionar hoy en día gracias a una atractiva historia, en aquella época futurista (la acción se desarrolla en el 2000), pero que realmente no tiene tiempo definido.

Basada en la novela La Voie Sauvage de Daniel Oliver, la trama comienza de una forma casi surrealista: un anciano medio loco (Trevor Howard, excelente) invita a un joven desilusionado con su vida (Jonás, encarnado por el actor de televisión Mick Ford) a vivir con él en una abandonada gasolinera. Los trabajos que el viejo le encarga a Jonás a cambio de comida son tan duros como absurdos. Gracias a un hábil tratamiento del punto de vista, el espectador asiste al cambio que experimenta el joven y se da cuenta - a la vez que Jonás- que esta extraña labor de aprendizaje tiene su razón de ser.

El largometraje transcurre por tierras irlandesas; Tanner enmarca la puesta en escena con una paradoja como herramienta principal. Lo hace utilizando un desguace como decorado en un filme que trata del acercamiento del hombre a la Naturaleza: las tareas que Jonás realiza le disponen anímica y espiritualmente para esa aproximación. Sólo cuando el joven esté realmente preparado podrá participar del secreto que celosamente guarda el anciano en su cobertizo.

A Años luz es una película muy bien realizada e interpretada; con un discurso que hace aumentar su importancia: la cinta habla de la libertad; de la verdadera, la que reside en el interior de las personas y que espera a ser descubierta.



La Vaquilla (Luis García Berlanga, 1985). José Sacristán, Alfredo Landa, Santiago Ramos, Guillermo Montesinos. (La 2, sábado 4 a las 22:00)

La trama es una evidente metáfora del conflicto armado: la lucha fratricida por dominar el territorio español (la piel de toro)… leer más




El Infierno (L’Enfer de Claude Chabrol, 1994).Emmanuelle Beart, Francois Cluzet. (Localia, sábado 4 a las 22:00)

Un negocio familiar, un hotel perteneciente a una joven pareja, alejado de la ciudad, es el entorno donde se sitúa esta historia de celos. Inicialmente pensada para ser estrenada en los años sesenta como un thriller al estilo Las Diabólicas (Les Diaboliques de Henri-Georges Clouzot ), fue rescatada por Claude Chabrol para convertirla en una de sus mejores películas. El mejor director francés vivo (en mi opinión), se nota que se siente cómodo con este tipo de tramas; y es que el ambiente burgués de provincias es el blanco preferido de su peculiar mirada. Los actores son muy chabrolianos: Cluzet, con quien ya trabajara, y la bellísima Emmanuelle Beart, parece que no se inmutan ante el drama; pero es sólo eso: apariencia. Como en sus más aclamadas cintas, Chabrol sorprende con un excelente y original final.



Vampiros de John Carpenter (John Carpenter’s Vampires, 1997). James Woods, Daniel Baldwin, Maximilian Schell. (Cuatro, sábado 4 a las 23:45)

Una especie de banda caza vampiros persiguen al líder de los "chupa sangres", pero en el camino pierden a casi todos sus efectivos; para estropear más las cosas, de los dos que quedan, uno está infectado del virus que le pasaporta a la vida eterna.

Con un presupuesto abultado y estrellas en el reparto, John Carpenter puede realizar de forma espectacular una película de terror, donde se pierde algo del encanto de sus cintas menos explícitas, pero se gana en brillantez.

El histriónico Woods encaja a la perfección con el jefe de los cazadores de dráculas, que además es hijo de un vampiro(¿?). Por otro lado el cardenal Schell parece extraído de las novelas de Dumas; encarna a un religioso corrupto que ansía la inmortalidad, pero de la forma más rápida, es decir aliándose con El Demonio. Y es que, para Carpenter, vampiros y demonios son lo mismo, de esta forma une dos tradiciones típicas del cine de terror. Sólo hay que ver la delirante secuencia final: una conjura pseudo-religiosa donde se mezcla todo lo anterior.

El filme no gustará a todos, pero para los aficionados a las películas de Carpenter puede ser hasta de culto.



El Rostro Impenetrable (One-eyed Jacks de Marlon Brando, 1961). Marlon Brando, Karl Malden, Katty Jurado. (Popular TV, lunes 6 a las 00:30)

Inicialmente preparada por Stanley Kubrick, finalmente la realizó su protagonista: Marlon Brando, convirtiéndose en la única cinta dirigida por la estrella; al menos con la autoría confirmada en los créditos. Es un largometraje que ha sufrido duros ataques por parte de la crítica -aún siguen repudiándola- a causa de la gran cantidad de primeros planos de Brando, en lo que parece ser un excesivo ejercicio de narcisismo. Sin embargo a mí es un filme que siempre me ha gustado. Un western atípico por la presencia del mar en muchas de sus secuencias y por su protagonismo activo: así, cuando la acción se toma un respiro, las olas bajan su ritmo; pero cuando se presiente la tragedia, el océano ruge y se presenta de los más hostil. También destacan las interpretaciones de los secundarios y la estructura de la cinta: con el prólogo muy bien narrado, seguido de una elipsis perfecta; y luego dos actos, el previo al enfrentamiento entre los dos personajes principales, con una tensión creciente; y el segundo que resuelve el conflicto. Infravalorada; muy interesante.


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